sábado, 28 de junio de 2008

Otoño-invierno


Ella lanzaba mensajes de humo, y yo a veces alcanzaba a verlos. Entonces guardaba la libreta de teléfonos que usaba como anotador y corría en dirección contraria al viento.
A veces la encontraba y otras veces yo me perdía.
Resulta que íbamos en dos trenes que se cruzaban todo el tiempo. El de ella era azul y rosa.
Así que un día escribí un mensaje que puse en una botella que puse en su ventana.
Le dije que lo triste no puede ya ser bueno, pero puede ser hermoso.

3 comentarios:

SP dijo...

Espero que esa libreta sea tapa dura, de las de antes.

Nat . dijo...

"lo triste no puede ya ser bueno, pero puede ser hermoso"

Me quedo con eso y tal vez también con un dejo de nostalgia...

Besos de otoño!

Cecilia dijo...

Que lindo!!!!! Una busca llena de de esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ancias...


:)