martes, 15 de diciembre de 2009

Cerrado

por reparaciones.

lunes, 14 de diciembre de 2009

estimados melchor gaspar y baltasar

que me pise un caimán, pero de los grandes, que me pise un caimán verde y lagartoso (pero que no muerda.) que se me coman el pasto los reyes, y los zapatos los camellos, y los regalos mi tortuga. que las flores de mi balcón se vuelvan plantas carnívoras y los bichos bolita importados de tierra firme abandonen sus macetas e inicien la revolución bolivariana. que me pinche el teléfono la side, que me espíe desnudo la vecina, que me roben la ropa del tender y se me trabe el ascensor en el tercero. que se me queme la tarta y se me raye el teflón. pero que nunca jamás en la vida me vuelva a perseguir el mismo ardor.

martes, 8 de diciembre de 2009

Atlas

(Fragmento de un diario de viaje encontrado en un volquete de la calle 11 de septiembre)

"Llegar a la isla de burukh es como tomar el ferry a Dover. Claro que sin la misma gente, sin la niebla, sin la presencia intolerable de Sir Raleigh y su conversación asfixiante. Y básicamente sin el ferry. Quiero decir: hay que llegar por agua. Esto está claro desde el momento en que les indico que se trata de una isla, pero teniendo en cuenta la posibilidad (ínfima tal vez) de que algún lector desprevenido desconozca esta rudimentaria clasificación, lo aclaro. Hondas cavilaciones me sumergen en la inteligencia de que tal vez jamás haya lector alguno, con lo cual supongo que mi aclaración fue en vano y estoy gastando los últimos rollos de papel (comprandos a precio oro en madagascar) en estúpidas controversias. Podría haber empezado diciendo: "La isla de Burukh es como una península, pero separada de la tierra" pero ya, lo mismo da, tanta precaución.
La isla de Burukh es, entonces, una isla desprovista de contacto con la tierra, no ya en el sentido geográfico (otra vez lo mismo) sino más bien en el sentido existencial. Sus habitantes proceden del centro mismo de la isla (así lo señalan cuando les pregunto de donde habían llegado) y jamás pueden abandonar su territorio. No es que esté prohibido, pero desconocen la tecnología naval por completo, y a decir verdad, no les interesa en lo más mínimo cualquier cosa que suceda allende el mar. Irse es igual a morirse, en sentido real y metafórico.
Desconocen la escritura, pero a ojo nomás, se nota que utilizarían, como el cronista, la mano izquierda para redactar."

jueves, 3 de diciembre de 2009

Bestiario

Volví de mi expedición al balcón, y anoté en la libreta fáunica de mi hogar:

Nº 13: Polilla. Como una mariposa pero con calle.

Nº 14: Bicho Bolita. Especie de ciempiés con casco o escarabajo de muchos patas. Pertenece a la familia de los crustáceos, ponele, y tiene el cuerpo como un fuelle que se pliega sobre sí mismo para convertise en bolita (de ahí su nombre) con la intención de protegerse de otros bichos, no así de las personas, que justamente, gustan de reventarlo nomás para ver la gracia que le da nombre.

Nº 15: Hormiga Negra. Si tuviera el tamaño de un perro, dominaría la tierra. Podría atravesar una pared de ladrillos sin esfuerzo. La naturaleza es sabia.

Mitológicas

Esaco, príncipe de Troya, tenía el don de interpretar los sueños. Su hermano Paris, sin embargo, se quedaba con las mejores minas.


martes, 1 de diciembre de 2009

madurez

Perdí las llaves otra vez. Olvidé devolver las películas. No logro dominar la tecnología "depósito a terceros en cajero automático" para pagar las expensas. Debo dinero a la AFIP, por no saber usar el "aplicativo", a pesar de que fui varias veces con el dinero a la sucursal. Muchas veces encuentro el control remoto en la heladera, y la billetera dentro de la cama. Mi hija la-pipi tiene 3 años y me dice distraído.
Considero que alguien olvidó indicarme ciertas pautas para manejarme en la vida adulta, o como sea que se llame esa infinidad de engorros.

asi se hace mala la gente, doctora.

Andrés tiene problemas con la 47. El jefe de calle ya lo conoce y le tiene bronca, así que lo levanta cada vez que lo ve andando por ahí. Lo sube al patrullero, le pone los ganchos, y a comerse el garrón. Es cierto que cada tanto andrés se mete en líos, y por eso es que lo conocí, a través de una causa que tuvo con la justicia de la ciudad. pero esto es distinto. Al pibe no lo dejan ni rescatarse. La última vez, lo vinieron a buscar a la madrugada, le patearon la puerta, lo sacaron de la cama y se lo llevaron. Había tomado muchos rivotriles, dijo, y cuando entendí que pasaba, me estaban imputando un robo en una pinturería. Con arma de guerra y toda la bola, juan.

Pasó un mes en devoto hasta que le dictaron la falta de mérito. Volviendo al barrio, se cruzó con la policía, que le dijo "¿ya saliste? Ahora te inventamos algo nuevo y volvés a entrar".

Me dijo que estando preso, llamaba a su defensora oficial y le cortaban el teléfono. Los llamados desde la cárcel "avisan" que son desde la cárcel. Así que después de intentar dos días, compró una tarjeta "muda". Lo atendieron, pidió hablar con la abogada y le dijo: "Yo ya tengo dos causas. Pero esta es en serio, y además es de garrón, me entiende? A usted no le importa, pero si yo caigo por ésta me condenan en las otras, y me quedo 10 años acá, me sigue? Yo choreo a veces doctora, pero no soy un mal tipo, sabe? Pero si me quedo acá 10 años, por algo que no hice... así se hace mala la gente, doctora."

Jose Emilio Pacheco

Mosquitos

Nacen en las pantanos del insomnio.
Son negrura viscosa que aletea.
Vampiritos inermes,
sublibélulas,
caballitos de pica
del demonio.


"No soy el mejor poeta. Ni siquiera el mejor poeta de mi barrio. Vivo al lado de Juan Gelman" dijo Pacheco, tras ganar esta semana el Premio Cervantes, el más importante de las lenguas hispanas.