A veces improvisa ataques suicidas al orgullo, a veces se olvida. En general esquiva discos para no recordarla.
A veces se deja empapar y sonríe.
La lluvia lo pone triste, como un disco de jarvis, pero prefiere extrañarla así. Con el cielo brumoso, con el viento en las venas.
Con una media sonrisa bajo el pelo empapado.