Tuve que vaciar una maceta para poder trasladarla a la casa nueva. Advertido de que el peso de la maceta cargada estaba por encima de mis modestas posibilidades, puse la tierra en un cajón de manzanas, que tenía los bordes cubiertos con cartón, para evitar derrames. Yo cuando quiero soy creativo.
El asunto es que dentro de la maceta, es decir, en el mundo subterráneo de la planta había tierra, raíces, piedras... Y una lombriz. Una sola.
Se retorcía al sol, aunque tal vez eso no quiera decir nada porque es básicamente lo único que hacen las lombrices. O tal vez temía ser anexada a un anzuelo, como algún pariente le habrá contado que sucede a veces.
El asunto es que dentro de la maceta, es decir, en el mundo subterráneo de la planta había tierra, raíces, piedras... Y una lombriz. Una sola.
Se retorcía al sol, aunque tal vez eso no quiera decir nada porque es básicamente lo único que hacen las lombrices. O tal vez temía ser anexada a un anzuelo, como algún pariente le habrá contado que sucede a veces.
Yo, por mi parte, imaginé su vida subterránea y no pude evitar preguntarme si el hecho de descubrirla era para ella una liberación esperada, o una intromisión en sus mansas cavilaciones de socavón.