lunes, 22 de diciembre de 2008

Pequeñas magias



Mi tía abuela Camila tiene un remedio mágico para casi todos los problemas cotidianos: el vinagre. Lo usa para para limpiar la casa, para desinfectar el baño, para aflojar tornillos. Si la ropa tiene olor a cigarrillo, o a humedad, le agrega un chorrito al ultimo circuito del lavado y santo remedio. Si la tierra entre los azulejos no cede, otro chorrito en el balde y me jura que remueve hasta el óxido. Es un peligro comentarle que uno se ha lastimado: se empeña en limpiar las heridas con un paño mojado en vinagre, y entre soplidos y ardores, y un disco de pasta de Nat King Cole, te comenta que el vinagre es antiinflamatorio, que es el mejor alivio para las quemaduras y picaduras, y que mi tío abuelo Nito no tiene problemas con su diabetes debido a que ella le agrega vinagre a todas las comidas, para mantener los niveles de ázucar a raya.
Una vez vino a visitarme y me obligó a limpiar mi lavarropas hacíendolo andar con un chorro de vinagre ya que hacía mucho ruido. Yo le digo que está loca, ella dice que sí y se rie muchisimo. Mi lavarropas deja de sonar como el subte "A".
De vez en cuando le pregunto sobre el tema y ella me dice que deje de preguntarle, que lo único que quiero es cargarla, pero me cuenta que corta el hipo e impide que se rajen los huevos al hervirlos y esas cosas.
A mi me resulta super interesante saber que se siente tener un remedio casi mágico para todo.

Hay que decir además, que su casa tiene siempre un encantador perfume a glisinas.

4 comentarios:

Nat . dijo...

Conozco el perfume a glisinas, y me provoca cierta encantadora nostalgia, pero no se que se siente tener un remedio mágico para todo...

Me gustaría saber, al menos, que se siente tener un remedio mágico para algo.

Muy lindo como escribe ud.

Anónimo dijo...

Muy bueno gato.
Te mando un abrazo
German
P.D: Tenes fotos de bolivia?
Manda

Anónimo dijo...

una mas...vinagre en el pelo. No lo recomiendo. Que grande la tia!

SP dijo...

Limpié mi lavarropas con vinagre, siguiendo los consejos de tu tía abuela, y resulta que funciona.
Al parecer se destapó la cañería del suavizante, y ahora mi ropa está más suave.
¡Gracias Camila!