lunes, 9 de febrero de 2009

Tu también

Resignado a la presencia metódica de mi tortuga margarita en su cajón de madera, opté por investigar el mundo interno de los cetáceos con una linternita, cosa que fue desaconsejada por mi compañía de seguros.
Entonces me dediqué a pasear por los canales interiores de un edifcio con balcones en contrafrente.
A veces, pero no muchas, despido a los empleados de mi subconsciente y contrato otros nuevos, igual de ineficientes.
Es así la vida.

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