miércoles, 16 de noviembre de 2011

la lombriz solitaria (reload)

Tuve que vaciar una maceta para poder trasladarla a la casa nueva. Advertido de que el peso de la maceta cargada estaba por encima de mis modestas posibilidades, puse la tierra en un cajón de manzanas, que tenía los bordes cubiertos con cartón, para evitar derrames. Yo cuando quiero soy creativo.
El asunto es que dentro de la maceta, es decir, en el mundo subterráneo de la planta había tierra, raíces, piedras... Y una lombriz. Una sola.
Se retorcía al sol, aunque tal vez eso no quiera decir nada porque es básicamente lo único que hacen las lombrices. O tal vez temía ser anexada a un anzuelo, como algún pariente le habrá contado que sucede a veces.
Yo, por mi parte, imaginé su vida subterránea y no pude evitar preguntarme si el hecho de descubrirla era para ella una liberación esperada,  o una intromisión en sus mansas cavilaciones de socavón.  

5 comentarios:

Principito dijo...

Mas bien lo segundo diría yo. Las lombrices suelen ser bastante conservadoras. (¿Es mi primera vez por aquí?)

Nazima Aysel (Maru Nacim) dijo...

Hola perdona la forma de comentar pero es que necesito 20 seguidores y 20 comentarios porque sino me reprueban, porfa sigue y comenta en mi blog, gracias.

Mariposyta dijo...

yo pienso que fue una intromision a su placida vida subterranea..

EL CAMINO "La ruta hacia tu ser interior" dijo...

EL CAMINO "La ruta hacia tu ser interLa actitud en tu camino

Estas son las dos actitudes abiertas al hombre: la actitud del guerrero y la actitud del amante. Tú eliges; puedes elegir.

Pero recuerda… traerá ciertas consecuencias.
Si eliges el camino del guerrero y te dedicas a luchar con todo lo que te rodea, siempre serás desgraciado. Eso es crear un infierno a tu alrededor; la propia actitud de luchar crea el infierno. O te conviertes en un amante, un participante, entonces este todo es tu hogar; tú no eres un extraño. Estás en casa. No hay lucha. Tú simplemente fluyes con el río. Entonces el éxtasis será tuyo; entonces cada momento se volverá extático, un florecimiento.
No hay más infierno que tú, ni más paraíso que tú. Depende de tu actitud, de cómo mires al todo. La verdadera religión es el camino del amante: la ciencia es el camino del luchador.
La ciencia es el camino de la voluntad, es como si estuvieras aquí para conquistar, para conquistar la naturaleza, para conquistar los secretos de la naturaleza; como si estuvieras aquí para imponer tu voluntad y dominación a la existencia. Esto no es solo descabellado, además es inútil. Descabellado porque creará un infierno alrededor de ti, e inútil porque al final cada vez estarás más muerto, menos vivo; perderás toda posibilidad de ser feliz. Pero, al final, tendrás que salirte del camino de la voluntad, porque es un camino que puedes seguir durante cierto tiempo, pero en él solo hay frustración y más frustración. Cada vez te sentirás más vencido. Cada vez te sentirás más impotente, y cada vez habrá más enemistad a tu alrededor. Tendrás que salirte de él; de mala gana, reluctante, pero tendrás que salirte de él. Al fin y al cabo, con una actitud de lucha nadie puede descansar, porque con actitud de lucha no es posible el descanso, uno no se puede relajar.
El camino de la verdadera religión es el camino del amor. Para empezar, no estás luchando con nadie. El todo existe para ti, y tú existes para el todo, y existe una armonía interior. Nadie está aquí para conquistar a nadie. No es posible. Porque ¿cómo va una parte a conquistar otra parte? ¿Y cómo va una parte a conquistar el todo? Esas son ideas absurdas que solo te causarán pesadillas, nada más. Mira a la situación en su totalidad… tú sales del todo y te disuelves en él, y, mientras tanto, tú eres en todo momento parte de él. Tú lo respiras, lo vives, y él respira a través de ti. Tu vida y su vida no están separadas; tú eres como una ola en el océano.
Una vez que entiendes esto, la meditación se vuelve posible. Una vez que entiendes esto, te relajas. Tiras todas las corazas que has creado a tu alrededor para sentirte seguro. Ya no tienes miedo. El miedo desaparece y surge el amor. Y en este estado de amor, ocurre el vacío. O, dicho de otra forma, si puedes dejar que ocurra el vacío, el amor florecerá en él. El amor es la flor del vacío, del vacío total; el vacío es la situación. Puede funcionar en ambos sentidos.
Así que hay dos tipos de religiones. Uno que crea el vacío en ti y a tu alrededor para que el florecimiento sea posible; tú has creado la situación, ahora la flor surge automáticamente. Si no encuentra resistencia, de repente la semilla se convierte en una flor. Hay un salto en tu propio ser, una explosión. El budismo y el Zen siguen ese camino: crean vacío en ti y a tu alrededor.

Aumento Mamario dijo...

Supongo que habra sido una liberacion para la lombriz.. no debe ser muy alentador vivir en una maceta..
Saludos