domingo, 24 de agosto de 2008

To the moon and back

(En una libreta de teléfonos pequeña y con solapitas, alguien escribió, obviando el orden alfabético a colores de su costado, la siguiente historia que aquí repetimos entera, bajo el título de "Bitácora del Apolo Creed, o viaje hasta el centro de la luna en 20.000 leguas de viaje intergaláctico".)



Fuimos directamente a la luna porque preferimos los satélites naturales a los de fierro y lucecitas. Nuestra misión lunar esta integrada por 5 cosmonautas entrenados en la ex URSS por perros que decían ser herederos de la mismísima Laika, lo cual acreditaron oportunamente ante un escribano público pero desconocido. No fue fácil, sobre todo por el idioma.

Tampoco es fácil llegar a la luna. Hay que atravesar caminos inhóspitos y estar preparado para las pruebas físicas más exigentes como manejar 5 horas una cohete espacial turquesa (el Apolo Creed), y que nadie te cebe un mate.

Los paisajes lunares se suceden como un libro de láminas de diferentes colores. Das vuelta una página y tu módulo lunar atraviesa un paisaje similar al de la vieja película de El planeta de los simios, o los primeros paisajes de La guerra de las galaxias. En cada recodo del camino se espera la emboscada de un grupo de piratas del desierto o traficantes de esclavos intergalácticos. Tomamos los recaudos necesarios, cerrando todas las ventanillas del Apolo Creed y conversando acerca de la conveniencia de conseguir un sable láser, por las dudas.
Más adelante, el paisaje cambie de tono casi sin avisar, de manera tal que nos encontramos atravesando una sabana africana, luego de cruzar el cañón del colorado y las arenas del sahara. No sabemos a que atenernos, y nos quedamos sin agua caliente.

Algunos paisajes, incluso, son en blanco y negro, para facilitar la aparición de pieles rojas y vaqueros, que se sienten más comodos en películas clásicas.

Dicen que los habitantes lunares son capaces de distinguir cientos de tonalidades de blanco, cosa que los integrantes de la expedición no comparten en lo más mínimo. Uno de nosotros, incluso, dice que el terreno no es blanco, que su cohete espacial no es turquesa y que no la está pasando tan bien porque es daltónico.

Formas geográficas que denotan la presencia de vida inteligente, o al menos si no inteligente, con bastante sentido del humor. Bajo el efecto lisérgico de un disco de Al stewart, nos damos cuenta que en la luna no sólo no funciona la ley de gravedad, sino que tampoco el espacio sigue las mismas leyes, de modo tal que todo es inmenso y profundo. Y no hay señal de celular.

Algunas imágenes de la expedición: Arriba, una lluvia de meteoritos de reciente caída (por suerte llegamos en un día despejado.) A la derecha, un momento de discusión acerca de la ruta espacial a seguir. Abajo, una parada en el camino, donde se puede apreciar la imagen de nuestro Apolo Creed, y su tono turquesa pistacho. Por último, la inquietante aparición de una serie de baños químicos en pleno valle lunar. Una muestra más de que no estamos sólos en el universo.

Un pequeño paso para mis flechas, un gran paso para la humanidad...

4 comentarios:

Nat . dijo...

A juzgar por las hermosas fotos y por un escrito muy acorde a las circunstancias...ese ha de haber sido un verdadero paraíso intergalácitco.

Tengo entendido que no muchos sobreviven al entrenamiento canino de la ex Unión Soviética, así que unos verdaderos heroes ustedes...

Le mando un BSS (Beso Socialista Supersónico)

Anónimo dijo...

Hola una pregunta por què el nombre de "Duaca"? tù eres de Duaca estado LAra Venezuela??

Juan-D dijo...

No señor, no soy. No puedo revelar mi identidad al mundo pero es más que nada una parte de mi apellido.

Lamento desilusionarlo, profeballa...

Anónimo dijo...

solo una mente brillante como la de este autor logra relacionar en un solo articulo las taquilleras peliculas de stallone y Lucas, la carrera espacial de los 60, las desconocidas dimensiones del universo y un viaje de cinco aventureros.

enhorabuena caballero

la baba