Es una extensión blanca como una sábana de hospital privado, como una media de propaganda de jabón en polvo, como el amanecer en un psiquíatrico.
Si te parás a esperar la noche, agarrás y te morís.
Si te quedas quieto, te ataca un perro siberiano, o su dueña, que es peor.
Si mirás al cielo, si mirás, esa pecera gigante y oscura, te das cuenta en seguida: no hay señal de celular.
A lo lejos se escucha, entre el aullido de los lobos y el canto alegre de los fabricantes de hielo (y los demás desterrados) la bocina de un tren fastamal, que lo mismo puede estar llegando a buscarte que dejándote olvidado.
También hay gente bailando, en el exilio. Que a unos les rompe el alma, y a otros, los olvidados, los poetas borrachos, les sienta perfecto, mientras escriben poemas malditos con una carbonilla en la nieve. Hicieron un fuego, quemando sus propias ropas, y ahí estan, recordando cuando eran felices, fumando despacito los porros del amanecer. Hasta que la nieve blancura absoluta los venga a despertar otra vez.
3 comentarios:
Muy bueno juan
siberia en mi cama
siberia en la habitacion
siberia en tu mirada
siberia en tu corazon
siberia n' haski
Publicar un comentario