Y regresás triunfal del exorcismo nocturno, de la tarde soleada de gloria y la noche empapada de anécdotas y alcohol. Con la frente alta, con el espíritu en pie, con las heridas restañadas en vino, con la risa pronta y el paso gentil del hombre que ha dejado todo en las canchas. Cansado pero pleno, arruinado pero contento, dolorido pero con el ánimo embriagado. Y abrís la puerta de tu casa y te descalzás, y caminás con seguridad y firmeza, está amaneciendo, pensás, y avanzás en la penumbra de ese departamento que conocés de memoria, y entonces, como una burla del destino la pata de la mesa ratona se interpone, de manera maciza y contundente , entre tu pie izquierdo y la felicidad.
martes, 29 de junio de 2010
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4 comentarios:
risa
risa
risa
lo mismo me sucedio, pero a mi se me interpuso la puerta, clavada entre el ojo derecho y el ojo izquierdo.
una mesa ratona muy cortamambo.
nice :)
jajaja un texto que conjuga misteeerio ,filosofía y mucho humor.
Saludos
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