martes, 29 de junio de 2010

La puta madre

Y regresás triunfal del exorcismo nocturno, de la tarde soleada de gloria y la noche empapada de anécdotas y alcohol. Con la frente alta, con el espíritu en pie, con las heridas restañadas en vino, con la risa pronta y el paso gentil del hombre que ha dejado todo en las canchas. Cansado pero pleno, arruinado pero contento, dolorido pero con el ánimo embriagado. Y abrís la puerta de tu casa y te descalzás, y caminás con seguridad y firmeza, está amaneciendo, pensás, y avanzás en la penumbra de ese departamento que conocés de memoria, y entonces, como una burla del destino la pata de la mesa ratona se interpone, de manera maciza y contundente , entre tu pie izquierdo y la felicidad.

4 comentarios:

marìa lluvia dijo...

risa
risa
risa

La Hilarante dijo...

lo mismo me sucedio, pero a mi se me interpuso la puerta, clavada entre el ojo derecho y el ojo izquierdo.

leticia dijo...

una mesa ratona muy cortamambo.
nice :)

Daniela Floridia dijo...

jajaja un texto que conjuga misteeerio ,filosofía y mucho humor.

Saludos