domingo, 2 de mayo de 2010

los caminos misteriosos del señor




Estaba detenido en la góndola donde ponen los rollos de cocina. No recuerdo por qué, pero no me decidía por ninguno. Creo que porque había demasiados, y me parecía un despropósito semejante variedad. 
Por el final del pasillo vi pasar a un hombre que llevaba los brazos atiborrados de productos. Tantos, que daba la sensación de que se le iban a caer en cualquier momento.
Detrás suyo, segundos después, vi pasar a un chica que escondía botellitas de Corona dentro de la bolsa papel madera de su baguette.
Más tarde, una pareja de cincuentones: Ella empujando el carro con desidia, él contabilizando las compras con gesto adusto en una calculadora.
Después vi a una madre con un chico gritón y caprichoso sobre el carrito, a un anciano de traje azul impecable que escupió el piso al pasar, a una pareja de hippies comprando brownies de caja, a un repositor que se metía el dedo en la oreja, a una señora hablando a los gritos por el blackberry, y a un nene de 2 años y 2 meses que desde su cochecito me miró fijo, dándome a entender que sabía algo que yo ignoraba.
Entonces caí de rodillas y elevando las manos al cielo radiante de tubos fluorescentes exclamé, en éxtasis:

- ¡Oh Elohim, que tu as fait toutes choses comme perfection imparfaite!

(que luego me enteré, quiere decir:  Oh Elohim, que has hecho todas las cosas con tan imperfecta perfección!)

Inmediatamente después, el rayo del Altísimo descendió sobre mí y fui incorporado, como quien no quiere la cosa, a la lista de los 144 mil elegidos.

2 comentarios:

naio dijo...

je! me gustó!

*y de paso pasé el dato si todavía hay lugar*

and she was dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=OWtylSdKSfA