jueves, 29 de mayo de 2008

Ir al dentista


Es como todo en mi vida.

Me hice el valiente porque la dentista era linda. Pero igual terminó haciendome doler.

4 comentarios:

Cecilia dijo...

Te enamoraste de la dentista...

Cuac.

Besos con fluor!!!!

Nat . dijo...

¿Por qué yo no tengo un dentista lindo?...Bah, en realidad mejor, con la boca excesivamente abierta, un tubito metálico drenandome la saliva y no pudiendo contener las lagrimas, no es precisamente como me gustaría ser recordada por alguien atractivo.

Gracias. Me has hecho reflexionar.

SP dijo...

He ido trillones de veces al dentista desde que era niña y la verdad que nunca entendí eso de relacionar al dentista con el dolor.
Loco, ¿los otros dentistas no usan anestesia? ¿Qué onda?

Juan-D dijo...

Ceci: Me enamoré pero fue todo muy fugaz. Me sonrió, me convenció, le sonreí y me dio con el torno.

Nat: Un dentista feo es como que te atienda el villano de un dibujito animado.

SP: Admiro y detesto su valentía. El dentista es lo más violento que existe, más allá del dolor físico que siempre prodiga. No entiendo como pueden clonar saltamontes pero a nadie se le ocurrió otra manera de reparar una muela que no sea con un taladro vibrante y una pinza pico de loro. Es como ir al taller mecánico pero que te atiendan con delantal blanco y sin manchas de aceite.