Pero me animé. Y crucé la ciudad, y los puentes, y el río. Mis amigos me envalentonaron y fui.
Y esas cosas que tenés, no las entiendo.
Porque ir hasta Avellaneda, no conseguir entradas, fingirme tucumano y verte perder desde la tribuna visitante, rodeado de hostiles, es algo que sólo vos me sabés hacer.

Gracias por ser tan especial.
1 comentarios:
Que manera de sufrir...
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