Una solución a base de agua y tabaco de cigarrillos parece haber sido terriblemente efectiva contra la plaga, pero no canto victoria. No quiero subestimar a estas diminutas creaturas que llevan milenios sobreviviendo a las más variadas agresiones y cataclismos.
Lo único que se es que ahora no están. ¿Se habrán escondido?
Mi casa huele raro.
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