jueves, 3 de abril de 2008

Volvamos a estudios


(Reflexiones a la luz verdosa de un partido en vivo por ESPN)

Que ingrata es la carrera de los Periodistas Deportivos.
Jamás son reconocidos como el resto de sus pares, aunque la mayoría (no hablo de los que hicieron un curso por correo) ha quemado las mismas pestañas que Morales Solá en la facultad.
No tienen programas serios ni ganan premios destacados por sus coberturas y análisis.

Hacen largas jornadas de espera para determinar cuestiones como la cantidad de azucar que le pone Ruggeri al mate, y logran esporádicas apariciones al aire donde deben lucir listos y educados y veloces. Deben festejar los chistes de Maradona y recibir el honor que supone una basureada en vivo de Niembro.

Cuando la aparición es radial, se escucha como si estuviera trasmitiendo desde la Base Marambio. Y si tiene la suerte de salir en TV, su humanidad es generalmente representada por un brazo trajeado que sostiene un micrófono delante de un jugador mas o menos conocido. No hay madre orgullosa que sepa como guardar estos recuerdos de fama.

A pesar de vestir siempre de riguroso traje, uno tiene la eterna sensación de que se pasan el día en jogginetas.

Incluido Macaya.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

del tema, ns/nc.
Nana